Ana Paola

LOS PRIMEROS POBLADORES DE CUBA

(Autora: ANA PAOLA, estudiante de astrofísica y escritora)

(Cueva de María Teresa, Sierra del Rosario. 16 de julio de 2018, 3:47 PM. Temperatura exterior: 34°C / Humedad: 89%

LA EXPLORACIÓN

El equipo de Ana Lucía Mendoza (28 años, arqueóloga especializada en culturas precolombinas del Caribe) avanza con dificultad: Luis «El Topo» González (45 años, guía local y ex-minero): «¡Cuidado con esa columna! Esta cueva respira… y no le gustan los intrusos». Su linterna de carburo ilumina formaciones de calcita que brillan como constelaciones.
Daniel Suárez, 25 años, estudiante de física de la UH, lleva un espectrómetro portátil prestado de su facultad. «Ana, ¡aquí hay niveles de radiación gamma un 300% superiores a lo normal!»

Ana frota sus guantes contra la pared húmeda. De pronto, su dedo se hunde en un surco inesperado.

El petroglifo aparece bajo sus luces: Tamaño: 60×90 cm, tallado en una placa de laterita ferromagnética (inusual en Cuba)., Figura central: Humanoide de cráneo elongado (ratio 1:3 frente a humanos) con tres dedos en cada mano, sosteniendo un disco con 12 radios que emiten rayos en espiral.
Detalle escalofriante: Al pasar la luz UV, los «rayos» del disco brillan con pigmentos de azurita (¡mineral no nativo de la región!).

Daniel (sudando): «Esto es imposible… La azurita se degrada en 100 años bajo estas condiciones de humedad. ¿Cómo sigue visible?»
Ana (tocando los surcos): «No fue tallado con herramientas taínas. Mira estos bordes… parecen cortes por láser.»

El Topo apoya su cantimplora sobre el petroglifo. El metal se empaña al instante.

Mediciones de Daniel: Zona A (figura humana): 37.4°C constante (¡misma temperatura corporal!)., Zona B (disco): 18.3°C (como si absorbiera calor)., humedad relativa cae al 40% solo frente al grabado.

El Topo (cruzándose): «Esto es cosa de los jigües. Mi abuelo decía que algunas cuevas guardan cosas que no son de este mundo.»
Ana (sacando muestras): «No son fantasmas, Topo. Es física. Algo aquí está regulando activamente la energía…»

Mientras documentan, un ruido de pasos hace eco. Aparece Don Tiburcio Santana (82 años, último conocedor de la tradición oral taino-congo)……

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